La piedra muy antigua, el gran árbol viejo, la primavera, el sol, son cosas sagradas. Piedras, árboles, agua, sol, en la antigüedad representaban a los Dioses y las moradas de los Dioses. En los tiempos modernos representan expresiones de las Deidades.

Como estas cosas tienen en común con los Dioses la antigüedad, la grandeza, la presencia y la majestad. Cerca de estos lugares se tomaban juramentos, se celebraban nacimientos, bodas, funerales y se pedía que se cumplieran los deseos.

Hay un pequeño paso de este concepto al amuleto

Una piedra, una astilla de madera o corteza, una semilla perteneciente a lo divino, se considera divina y sagrada. Y así obtenemos el talismán, el amuleto para llevarlo con reverencia. El amuleto para pedir ayuda, protección y pedir el cumplimiento de los deseos. El objeto, la semilla, la raíz, la piedra son comunes en su medio natural. Los medios naturales aseguran efectividad de los amarres de amor.

Pero cuando los llevamos lejos, por ejemplo a una ciudad, estas cosas se vuelven raras y preciosas. El objeto trae consigo la memoria del entorno del que procede, el eco de inmensos espacios, de los silencios asombrados de una Naturaleza grandiosa y eterna. Estas cosas naturales, tan simples, simbolizan conceptos igualmente profundos

La piedra es un símbolo de estabilidad y durabilidad

El árbol es un símbolo de vida, de crecimiento, de evolución de la vida. El sol que da luz simboliza la luz de la mente, el conocimiento. El agua es símbolo de la clarividencia, de la segunda vista. Cuando estas cosas no están presentes, es posible utilizar a otros como sustitutos: un cristal o espejo como símbolo del agua. El oro como símbolo del sol. Plata como símbolo de la luna. Etc. Fuera de los templos e iglesias, más allá de las doctrinas y los sacerdotes, la dimensión mágica de la naturaleza está dentro y fuera de nosotros.

El arca merece algunas notas más

Está dividido en tres plantas y no por casualidad; los tres planos representan los tres mundos: mineral, vegetal y animal. Ahora, el arca debe garantizar un nuevo comienzo y, como tal, debe contener en pocas palabras todas las potencialidades futuras y por lo tanto los tres mundos.

El arca puede considerarse equivalente al huevo primordial que en su unidad contiene toda la multiplicidad futura. Creo que no es casualidad que el huevo primordial, el punto de partida, recuerde mucho a la teoría del Big Bang, en la que un punto tiene todo el desarrollo futuro en él. Con la explosión inicial, con la apertura del huevo, toda la creación se desarrolla en su inmensa multiplicidad y diversidad.